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Son
traviesos pero no hacen daño y
quienes conviven con ellos
aseguran que los ven, los
escuchan y hasta les sacan fotos
con cámaras especiales. Los
investigadores de duendes están
seguros de su existencia, pero
no pretenden convencer a nadie.
Invitan a pensar que existe un
mundo que está mas allá de lo
que de ve o de puede explicar.
Inexplicable:
objetos que cambian de lugar,
desaparecen y vuelven a ser
encontrados; ruiditos de
inhallable origen; mascotas
absortas, tirando mordiscos al
aire. Aquellas personas que
estén rodeadas de tales síntomas
pueden pedir ayuda a psiquiatras
detectives y enviados papales.
0, tal vez, simplemente, deben
aceptar, con resignación y
alegría, que conviven con
duendes.
Porque estos pequeños seres
existen y no sólo adentro de los
cuentos, aseguran Liliana Chelli
y Nayra Lee, con chapa de
investigadoras del mundo feérico
formado por gnomos duendes y
hadas, y a quienes no les da
nada de vergüenza confesarlo.
"De chiquita empecé a verlos,
conversaba y jugaba con ellos.
Mi mamá pensaba que era un
amiguito invisible y me mandó al
psicólogo. Pero yo los veía, no
era una invención", cuenta
Liliana detrás de su escritorio
repleto de fotografías e
imágenes de duendes.
La oficina parece un pequeño
bosque, con estantes cubiertos
por plantas y más hombres
pequeñitos. Algunos, los
visibles, son de barro o
arcilla, con barbita y sombreros
de colores. Otros, los
invisibles, andan dando vueltas
por ahí: "¿Escuchas? Están
jugando con las semillas del
palo de lluvia", dice. Para
Nayra, en cambio, las
apariciones no son tan nítidas.
"Percibo ráfagas que cruzan de
un lado al otro, como luces,
además de otros indicios como la
desaparición de objetos,
aparatos que se prenden y
apagan, cosas que se caen",
afirma a mientras acaricia sus
muñequitos- duendes que modela
en barro. |
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Las dos se
conocieron en la búsqueda de
explicaciones que no
encontraron ni en la
parapsicología, ni en las
ciencias ocultas, ni en la
angelología ni en
esoterismos varios. Hasta
que Liliana supo de las
cámaras kirlian las que
pueden retratar en colores
el aura de las personas y la
energía invisible a los
ojos. Con esto y otros
aparatos como proyectores de
luces infrarrojas para ver
de noche, Liliana y Nayra se
pusieron a investigar. Pura
energía "No queremos
convencer a nadie. Es
imposible. El aire tampoco
se ve, y sin embargo,
respiramos", argumenta
Liliana, quien con enorme
sonrisa y mucha calma se
decide a responder la
ansiosa pregunta ¿pero qué
son?. Según explica, se
trata de espíritus de la
naturaleza, seres de pura
energía que a veces se
corporizan y adoptan una
imagen para que podamos
verlos. Viven en árboles,
flores, bajo tierra, en los
desvanes de la casa o entre
las plantas del jardín y
como son ecologistas, lo
único que piden es que
cuidemos el hábitat y a
cambio, protegen a la
familia con la que eligen
vivir.
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Los podemos clasificar
en:
Gnomos: los más viejos y
sabios.
Duendes: que conviven
con los humanos y hacen
travesuras.
Hadas: unas mujercitas
que habitan en las flores. Son
amigas de los duendes y siempre
van juntos.
Elfos: los masculinos de
las hadas, una especie de
hombrecitos con alitas.
De la mano de
los duendes, la abundancia no
falte en ningún hogar:
-Enterrar tres monedas doradas,
en el jardín o en una maceta.
-Colocar en la ventana una
copita de miel que sólo sea para
ellos.
-Atraerlos con helechos y
palmeras, sus plantas
preferidas.
-Llamarlos con amor, con
oraciones específicas o de
cualquier otra forma amable y
bien intencionada. Quien no se
anime a tanto, puede tenerlos
como amuletos o figuras en
tierra y piedra.
Como hay muchos y cada uno posee
poderes específicos, lo mejor es
invocarlos por su nombre. Entre
otros, se encuentran Stágoros
(cuida las plantas), Abaturc
(protege los trabajos), Priscob
(concede todos los deseos),
Truppty (acude en problemas
sentimentales), Sumizíuss
(protector del dinero), Jurry
(cuida a los niños), Igor
(duende de la abundancia).
Provienen de la
naturaleza con toda su energía.
Les gusta jugar y comer, pero
también están dispuestos a
ayudar a las personas de buen
corazón. Estos seres mágicos han
sido rescatados de la mitología
por los investigadores de
fenómenos llamados feéricosy
aportan su cuota de esperanza al
siglo XXI, incluso quienes
necesitan probar todo y quieren
"ver para ser" ya no pueden
negar la verdad probada por
filósofos y científicos de que
existen energías invisibles como
los aníes, las plantas, el
planeta. Los objetos están
animados por una energía, un
espíritu o un soplo divino de
vida, según la creencia. Estas
energías no sólo habitan los
cuerpos visibles, sino que
tienen identidad propia. Una de
estas formas de energía
intangible son los duendes.
Gnomo
significa hombre de la tierra o
espíritu de la naturaleza. Estos
seres están presentes en muchas
culturas con distintos nombres.
Por ejemplo, los aborígenes
sudamericanos convocaban al
espíritu de la Pachamama (Madre
Tierra), el Sol, el agua y cada
especie. En otros países se les
definió como duendes, gevas o
genios.
Antes de talar un árbol que
necesitan, los aborígenes le
piden permiso a su espíritu.
Asimismo, antes de cazar un
animal solicitan autorización a
la Naturaleza.
En cambio, los habitantes de las
ciudades no
prestamos atención a
este tipo de cosas y arrasamos
con los "recursos naturales" sin
tomar en cuenta las verdaderas
consecuencias de esta acción.
Por eso, los gnomos se mezclan
entre las personas y buscan la
forma de que tomemos conciencia
de que la naturaleza está viva y
necesita respeto y protección.
Estas criaturitas, que no
siempre son verdes, suelen
acercarse más que nada a los
chicos en sus juegos, mientras
los adultos tratan de
desmentirlo.
Sin embargo, cuando perciben
buenas intenciones, y con un
poco de entrenamiento, también
los pueden ver los adultos.
Hay quienes los describen
claramente como pequeños
hombrecitos de 15 a 120
centímetros de altura de acuerdo
a cómo se condense la energía y
cómo se quieran hacer visibles.
Otros, sólo observaron ráfagas
de luz, ruidos y cosas que
cambian de lugar. A pesar de que
provienen de la naturaleza,
ellos se acercan a las ciudades
porque quieren acompañar a las
personas.
Los duendes viven hasta 350 años
y es más probable que los vean
las personas puras de corazón.
Los gnomos son los integrantes
más viejos de la tribu. A ellos
recurren los más jóvenes e
inexpertos, que son los duendes.
Como les gusta acompañar y
ayudar a las personas, los
duendes viven en las ciudades.
Son los más chistosos, hacen
travesuras, esconden las cosas,
prenden y apagan el televisor y
hacen ruidos durante la noche.
Antes de la guerra, los gnomos
también convivían con la gente,
pero cuando empezamos a dañar la
naturaleza con los avances
tecnológicos y el desarrollo, se
alejaron.
Desde las cuevas de la región
celta La historia cuenta que
antiguamente, antes de Cristo,
la tribu Tuatha de Danann
habitaba la región celta
-península ibérica, sur de
Alemania, países de¡ Rin, islas
de Gran Bretaña y Este y Centro
de Franciay adoraba a Anu, la
diosa de la fertilidad, que es
como la Madre Tierra. Una vez,
los Tuatha de Danann llegaron
por mar hasta Irlanda y al
desembarcar quemaron sus barcos
para no dejar señales y quedarse
allí. Por ese gesto, fueron
llamados los dioses de¡ fuego.
Esa tribu era
descendiente de los druidas, los
sacerdotes celtas. Ellos tenían
dotes y poderes mágicos de la
buena magia que les había
entregado Anu, como la cura con
las plantas y el poder de la
naturaleza.
En esa época estaban enfrentados
por el territorio con los
guerreros españoles comandados
por el rey Mil¡. Los milesianos
también eran conocidos como
celtas, y los Tuatha de Danann,
como druidas.
Luego de la pelea, al ver tanta
muerte, ambos bandos sellaron la
paz.
Entonces acordaron que los
Tuatha de Danann vivirían en
cuevas subterráneas y los
milesianos se quedarían en la
superficie.
Los Tuatha de Danann eran
especialistas en túneles y
también conocían el secreto de
las piedras, por lo que vivieron
por muchos años allí.
Con la llegada de Cristo, San
Patricio fue consagrado a
propagar la fe cristiana.
El santo conocía toda esta
historia de los Tuatha de Danann
y los convocó por sus poderes
mágicos para que lo ayuden a
propagar esta fe. San Patricio
también tenía algunos poderes y,
junto con su ejército de
duendes, empezó a enseñar el
misterio de la Santísima
Trinidad usando el trébol de
tres hojas como ejemplo.
Por eso, todos los 17 de marzo
se celebra el día de San
Patricio y la gente se disfraza
de verde y con canastas de
tréboles para repartiese.
Junto con la
inmigración, muchos gnomos y
duendes europeos vinieron a
América. En Francia, España y en
todos los países escandinavos
hablar de ellos es algo muy
común. Incluso, por medio de
mediciones científicas, con
aparatología específica, los
geólogos y otros especialistas
han comprobado que la Tierra
posee energía. Una de las formas
de detectar su energía en forma
gráfica es por medio de la
cámara Kirlian El colorido
naranja y amarillo señala la
energía paranormal de los
lugares. Otro método es el
aurímetro, que es un sencillo
artefacto similar al péndulo que
se mueve al "recibir" energía
paranorrnal del medio. En
nuestro país, Bariloche es uno
de los lugares donde más se
percibe este tipo de presencias,
aunque pueden estar en cualquier
lugar, sobre todo si la
naturaleza está presente. Cada
árbol y planta tiene su propia
energía. Por eso no hay que
hacerles daño.
En cuanto a las investigaciones,
aquí están empezando.
Existen muchos
nombres y descripciones, pero
todas las versiones coinciden en
que provienen interior de la
tierra, las rocas y los árboles.
Atraviesan estos materiales como
si fueran aire, aunque para ello
abandonan la apariencia humana y
se transforman en tierra, agua,
fuego o aire.
Cuando se "humanizan", suelen
tener piernas cortas, torso
fornido, panza grande, brazos
fuertes y cabeza grande. Su cara
suele ser arrugada como la de un
anciano y adornada con una larga
barba blanca o gris.
Sus rostros son toscos y hasta
podría decirse que algo grandes,
con mandíbulas prominentes,
nariz ancha y achatada, ojos
pequeños y hundidos y frente
amplia y abultada.
También son fáciles de reconocer
por su vestimenta, que
generalmente consiste en calzas
ajustadas, chaquetas amplias con
cinturón ancho, calzados blandos
con las puntas respingadas y una
especie de gorro frigio cuyo
extremo cae al costado de la
cabeza.
Cuando están en la naturaleza,
puede resultar difícil
observarlos porque se mimetizan
con los colores y las formas de
su entorno. En cuanto a las
gnómidas, se dice que son
bellas, amables y serenas. Se
comportan con gran capacidad de
servicio y trabajo. Suelen ser
muy alegres y su risa resuena en
su hogar. La ropa es similar a
la de sus hombres, pero
decoradas con piedras preciosas.
Sólo pueden dar a luz una vez en
la vida, pero pueden tener más
de un hijo por vez.
Dice
la leyenda que por cada muñeco de duende que tenga en su casa se
corporizaran siete reales. Como no representan ningún peligro, usted
puede tener cuantos muñecos quiera. A lo sumo, tendrá que lidiar con sus
travesuras, pero si les exige que se porten bien respetuosamente, lo
logrará.
Además, para mantenerlos entretenidos, puede poner una copa de cristal
llena de monedas antiguas, pero no vaya a sacarles una moneda, porque
ahora serán de ellos. En represalia, empezarán a esconder sus cosas. Es
probable que ellos las retiren y dejen en su lugar un montoncito de
piedras. Les gusta mucho todo lo que hace música o brilla, como las
geodas (piedras huecas), las campanitas o los palos de lluvia.
Si quiere pedirles un favor, como que cuiden su casa o lugar de trabajo,
ofrézcales moneditas. Dicen que éllos son nuestros amigos y a los
duendes les encanta la miel, el pan con miel o azúcar, la leche y el vino
tinto. Si les deja estos manjares junto a una plantita es muy probable
que contemos con ellos. Si alguien se enoja con usted, por ejemplo en la
oficina, es probable que los duendes se diviertan escondiendo lo que esa
persona necesita para que usted se ría. Aunque sean sólo espíritu,
pueden mover objetos con su energía, pero no acostumbran hacerlo delante
de las personas.
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