El
hombre sólo cree lo que ve en una actitud netamente mental, por eso
siempre ha negado la posibilidad de otro tipo de vida. Lo cierto es
que el ser no podría sobrevivir si esto fuese así. Existen otras
corrientes de vida paralelas al humano aunque no se vean. Teofrastus Bombastus Von Hohenheim llamado Paracelso, fue uno de los
médicos más famosos en Europa en el siglo XVI; escribió; una obra
inmensa que abarca tratados médicos, alquímicos, filosóficos y
teológicos incluyendo "El libro de las Ninfas, los Silfos, los
Pigmeos, las Salamandras y demás espíritus" publicado en 1591.
En este último libro se inspiraron Goethe, los hermanos Grimm y
Heine para realizar sus obras. Hoy, a cuatro siglos de esto, todavía
el hombre desconoce muchas cosas de esta corriente de vida.
Trataré de dar en esta nota la escala evolutiva de estos seres a los
que llamamos elementales.
Rudimes:
Son los seres con menos evolución de toda la escala. Corresponden al
plano Astral. Miden 2,5 cm. de altura. Carecen de inteligencia y
conciencia. Trabajan en grupos de a miles, se mueven constantemente,
logrando con su movimiento aumentar la frecuencia vibratoria de los
vegetales. Sienten amor grupal y hacia la vida vegetal. Se alimentan de la
frecuencia poder. Están en plano físico alrededor de un mes para luego
ir al plano astral por diez años.
Unites:
Miden alrededor de 5 cm. Permanecen l año en plano físico y 100 años en
plano astral.
Trabajan en grupos y forman dentro de éstos, sub-grupos. Tienen ya un
poco de conciencia y forman parejas. En las parejas de los elementales se
intercambian poder.
Minutes:
Miden entre 1 y 2 pulgada, viven 5 años en plano físico y luego se
trasladan al plano astral por 500 años. Trabajan distintos elementos
comandados por las hadas.
Nomenes o Gnomos:
Viven 25 años en el plano físico y luego van al plano astral alrededor
de 1000 años. Trabajan el suelo y las raíces de los árboles dándoles
poder. Hacen sus casas en los troncos de los árboles.
Poseen mediana inteligencia, tienen apariencia de viejitos y son muy
graciosos. Los primeros tiempos que pasan en este plano lo hacen alejados
del hombre ya que no les resulta fácil adaptarse a la frecuencia que
nosotros manejamos, mucho menos soportan los ruidos de las ciudades. Son
muy similares en conductas a los niños ya que suelen ser muy traviesos.
Trabajan alejados del hombre, generalmente en los claros de los bosques o
montañas.
Guían en sus tareas a los Minutes y Unites; generan círculos de poder
dentro de los cuales se trabaja. Modelan sus propios cuerpos de acuerdo al
poder adquirido, y es un orgullo para ellos los grados de hermosura que
van logrando, ya que esto es producto de su trabajo. Están alrededor de
500 años en plano físico; deciden cuándo volver, pero rara vez lo hacen
antes de los 5000 años.
En el tiempo que transcurren en el plano astral se transforman en FARES o
HADAS,
que ya pertenecen al plano mental, y que veremos más adelante en detalle.
Mucho tenemos que aprender de estos seres ya que la armonía y el trabajo
son su estilo de vida. Gozan cuando han realizado bien su tarea, respetan
los tiempos de recreo y juegan alegremente, para luego volver al trabajo
en el mismo estado.
Existen
muchas clases de duendes. Son esos seres diminutos que, según el folklore
popular, viven entre las flores, de los bosques, y no hay que confundirlos
con los gnomos, porque los duendes tienen poderes mágicos como las ninfas
o las hadas.
El
color de su piel puede variar: los hay azules, verdes y rojos, pero los más
frecuentes son los que se parecen al hombre, aunque muchísimo más pequeños.
Sus casas son a menudo grandes setas , y es muy difícil localizar donde
se encuentran sus diminutos poblados. Diminutos en cuanto al tamaño de
sus viviendas, pero no en población, porque a los duendes les encanta
vivir en comunidades grandes.
Si
quieres buscarlos no es sencillo, pero tampoco imposible; porque al igual
que las hadas o las ninfas, sienten debilidad por los niños, porque en el
fondo ellos son niños, y es fácil encontrarlos si conservas esa chispa
de niñez en tu interior, esa luz de inocencia y fantasía; entonces
puedes llegar a verlos y disfrutar de su compañía y sabiduría. Los
duendes son seres mágicos y les gusta transmitir y enseñar su magia,
pero para que ello suceda, debes ser de corazón puro y noble.
Un
escritor británico señaló en uno de sus libros: "Toda la
naturaleza está llena de gente invisible. Algunos de ellos son feos y
grotescos, otros malintencionados o traviesos. Muchos tan hermosos como
nadie haya jamás soñado... y los hermosos no andan lejos de nosotros
cuando caminamos por lugares espléndidos y en calma..."
"Todo
está lleno de dioses", decían a su vez los antiguos griegos, para
quienes la Naturaleza, la Physis, estaba animada en todos sus rincones por
espíritus y deidades, teniendo una comprensión holística (global) del
organismo vivo que era la Tierra (Gea, la Gran Madre), teoría
recientemente resucitada por grupos ecologistas como la "hipótesis
Gaia", en la que el hombre está plenamente integrado con el resto de
la vida natural, en lugar del abierto enfrentamiento que se da actualmente
en nuestra cultura, amenazando con acabar no sólo con la naturaleza sino
con el propio hombre. Eso, claro, si la naturaleza no acaba antes con
nosotros...
Pues
bien: para los griegos el hombre, parte del mundo natural, tenía un trato
familiar con aquellas fuerzas que animaban y representaban los elementos,
la tierra, el agua o las plantas. Prácticamente existe un mito para cada
planta, río, fuente, bosque y rincón de las tierras helenas. En las idílicas
llanuras de la Arcadia los mortales avistaban sin mayor dificultad a
Faunos, Silvanos y Silenos, los espíritus animales guardianes de los
bosques que la tradición ha consagrado con cuernos y cuartos traseros de
cabra. Es su patrón Pan, a quien sin duda todos hemos visto representado
tocando su flauta, la siringa, música ensoñadora que Debussy tan bien
reprodujo en su "Preludio a la siesta de un Fauno"...
Desde
los inicios de la historia conocida, los seres diminutos o gnomos han
ocupado una posición importante en las culturas populares del mundo. En
otro tiempo, cuando todo árbol tenía un nombre, cuando cada siervo era
reconocido individualmente, los gnomos progresaron y se multiplicaron en
el campo y en las aldeas. Se les conocía y nombraba por su nombre propio
y eran numerosos y muy poderosos, jugaban un papel muy importante en la
vida cotidiana. En aquellos tiempos, los hombres no se consideraban los
dueños absolutos de nuestro planeta. El mundo estaba poblado no sólo por
los humanos sino también por los gigantes, dioses, monstruos, fantasmas ,
espíritus y elfos, mucho de ellos tan listos, poderosos y fuertes como el
mismo hombre.
Con
la difusión del Cristianismo, la creencia en los
espíritus y en los
"falsos" dioses fue desapareciendo, pero a pesar de todo ellos
siguieron teniendo contactos con los humanos. Los elfos son espíritus
tristes, vengativos, pesados, bromistas o llenos de odio, dependiendo de
las circunstancias, polifacéticos como la propia naturaleza. Se les
considera una 'fauna psíquica' que toma multitud de formas, apareciendo
como bellezas iridiscentes, o como ancianos jorobados, como cabras ,
langostas, gatos, piedras, plantas , incluso como ráfagas de viento.
Alcanzan medidas que van desde la talla de un hombre hasta la pequeñez de
algunos que pueden esconderse tras una brizna de hierba.
Generalmente
no están sujetos a las leyes materiales de nuestra existencia y a veces
poseen la virtud de viajar instantáneamente a través de las dimensiones
y desaparecen de repente. Debido a estas propiedades y características ha
sido siempre difícil para los hombres poder ver a los elfos. Los niños
poetas, los videntes, los curanderos, los magos, los alquimistas, o los
que están dotados con el llamado 'Tercer Ojo' y están en paz con su
entorno natural, han sido quienes históricamente han tenido más
oportunidades de entrar en contacto con los gnomos y demás elfos. Los
relatos de estos encuentros fueron al principio transmitidos por la
tradición oral. Las drogas alucinógenas o venenosas, junto con
complicados rituales de iniciación y experimentación, llevan mucho
tiempo siendo usadas para facilitar la comunicación con los elfos y otros
seres fantásticos; pero todas las descripciones coinciden en que el
principal requisito previo para poder verlos es poseer una cierta afinidad
emocional, algo así como un parentesco de sangre con ellos. Sin embargo,
las relaciones sexuales o de otra clase con los elfos se han descrito como
muy difíciles de mantener, debido a la existencia de numerosos tabúes.
Sólo
a partir del siglo XIX se empezaron a transcribir narraciones de las
historias orales más antiguas y a dejarse constancia de ellas mediante la
escritura, y así se han conservado. Ahora que los gnomos se han retirado
y retraído ante el hombre, a causa de sus ciudades ruidosas y
contaminadas y de todo el daño que los humanos causan a la Naturaleza, aún
es más difícil establecer contacto con ellos. Muchos relatos de
encuentros recientes son tan fragmentarios que fácilmente se olvidan y
quienes se encuentran realmente con un elfo, se inclinan a creer que su
experiencia fue tan sólo una quimera o que la imaginación les jugó una
mala pasada.
Es
algo difícil tratar de explicar, o hablar sobre seres que no son espíritus,
ni ángeles, ni humanos, pero, que, sin embargo, tienen algo de todos
ellos y mas. Podemos darle el nombre genérico de elementales, espíritus
de la naturaleza. Todo ellos habitan el Mágico
Mundo de las Hadas.
A
pesar de que, el hombre ha causado estragos en la naturaleza, obligándolos
a ocultarse en la selva o bosques, muchos de ellos conviven y sirven con
agrado a los humanos. Para comunicarnos con ellos, debemos amar todo lo
que nos rodea. Según la ocasión y las circunstancias pueden aparecerse y
no darnos cuenta, ya que tiene la virtud, de escoger la forma en la que se
mostraran, que puede ser semejante a la propia naturaleza, ya sea, en
forma de una piedra, un árbol, un animal, una planta y también con
apariencia humana. Estos seres, hablan, se ríen, son prudentes, pobres,
ricos, sabios y locos, al igual que nosotros. Son la imagen grosera del
hombre, virtuosos y viciosos, puros e impuros, mejores y peores.
Viven
en el interior o en los alrededores de las casas. Eran hace siglos
habitantes de zonas agrestes, boscosas y montañosas, viviendo en interior
de cuevas y grutas, hasta que alguno de ellos, se acercaron a hogares
humanos, primero por curiosidad y luego con el único objetivo de
divertirse. Se manifiestan preferentemente de noche. Tiene aproximadamente
50 cm de alto y son de aspecto humano. Salen de noche y les encanta
divertirse a costa de los durmientes, molestándolos y asustándolos,
aunque a algunos, les encanta colaborar con los hombres en las tareas
domesticas. Su nombre según algunos estudiosos del tema proviene del árabe
duar, que se traduciría como: el
que habita o habitante.
Diablillos
familiares:
Son unos pequeños
duendecillos, con aspecto de diablo, que no están ligados a una casa, sino
a una persona, a la que ayudan, convirtiéndola en su dueño. Se encuentran
vinculados a la
brujería.
Duendes
de los dormitorios:
Pertenecen
a una extraña familia de duendes, agresivos e individualistas, provocan
pesadillas y eligen como sus víctimas, a mujeres y niños.
Los duendes son seres sobrenaturales, sin alma y
de estatura menuda variable entre los 30 cm y el metro de altura. Tienen
una actitud generalmente benévola con los seres humanos, para los que
realizan trabajos domésticos o en los campos a cambio de un poco de
comida. La mayoría de los duendes habitan en el bosque, teniendo como
vivienda el interior de algún árbol o, incluso, en el subsuelo de la
tierra, dentro de algún habitáculo o cavidad.
Sus costumbres son nocturnas y poseen un carácter
extremadamente susceptible que les conduce a adoptar actitudes despectivas
u hostiles contra los hombres que les ofenden.
Tienen habilidades tales como mimetizarse,
hacerse invisibles, pasar por el ojo de la cerradura, imitar los sonidos
de los animales y hacerse sentir, tocando a un ser humano con sus manos,
produciéndole un escalofrío.
La naturaleza de los duendes se reparte entre la
del hombre y la del ángel, en partes iguales, por ello pueden moldear sus
cuerpos a su antojo. Están bien provistos de poderes y talismanes para
poder hacer toda clase de conjuros.
En la mitología de cada región se les ha dado
nombres muy distintos según el idioma, la religión o el folklore, pero
generalmente se les conoce por formar parte de los seres elementales.
Algunos pueden llegar a vivir hasta 500 años.
Los duendes suelen ser traviesos, bromistas y
descarados; casi siempre están de buen humor, aunque existen duendes de
naturaleza malvada capaces de torturar incansablemente a un hombre.
Existen varias clases de duendes, entre ellos
podemos encontrar a los gnomos, que actúan como guardianes de la
naturaleza a la que protegen poniendo a los seres humanos obstáculos
aparentemente naturales.